Mariano. Me lo encontré el domingo 1 de Enero. Fue algo mágico. Me contó la historia del amor con su mujer Manoli, que murió el 1 de Enero del año anterior. Le pregunté si me dejaba escribir algo con su historia. Prometí volver al domingo siguiente con su foto y su historia de amor.
Cita: "domingo 8 de Enero. 11 de la mañana frente al lago del Retiro".
Lo prometido es deuda.
Mariano llegó en punto.
Yo llevaba unos tres minutos esperando, algo nerviosa. En mis manos la foto que le hice el domingo anterior y su historia de amor en forma de carta a su mujer.
Al verme sonrió aliviado, confesándome nada más llegar, que se lo había contado a su hijo y éste le había dicho que tuviera cuidado conmigo, supongo que él esperaba que no fuera un fraude.
Me dijo que fuéramos a tomar un café y allí me ha pedido que leyera lo que había escrito.
A medida que iba leyendo, él sonreía, me paraba y me miraba sorprendido como si nos conociéramos.
"A Manoli.
No tenías ni la mayoría de edad cuando te vi por primera vez. Entraste a las oficinas mirando al suelo, tímida como un pajarito asustado. Estabas preciosa, impregnando de belleza el aire a tu alrededor, caminando miedosa pero con firmeza y supe de inmediato que eras tú.Pronto me di cuenta de que los juegos que utilizaba con las otras no servían contigo aunque eso no impidió que los intentara, pero como no podía ser de otro modo, tú me rechazaste. Primera batalla perdida y mi ego dañado. Dejé de rondarte, tal vez porque tenía unos cuantos años más y era jefe de departamento, escapando de ti cual animal herido en su orgullo de macho. Intentaba rellenar tu hueco con otras conquistas, pero cada mañana al verte aparecer por la puerta, mi mundo se derrumbaba de nuevo.El paso de los años fue alimentando nuestra amistad ficticia, esa amistad que te inventas cuando lo único que quieres es acercarte a alguien, ideaba motivos para verte, para pasar tiempo contigo, para hacerte reír...
Cada vez te sentía más cerca, inventamos un maravilloso mundo paralelo con nuestro propio lenguaje... pero yo era demasiado orgulloso como para reconocer esto y tú eras parte de una sociedad que te machacaba con reglas morales... y esas reglas aparecieron en forma de hombre, comenzaste a salir con alguien, me rompiste el corazón de nuevo y me alejé de ti siendo más consciente que nunca de que te amaba.
A unos meses de que contrajeras nupcias te llamé a mi despacho, no podía contener los nervios, sabía que era mi última oportunidad, te pedí una última cita, tú y yo solos. Un helado, un baile, un café en el Retiro y esa tarde te robé nuestro primer beso...
Ahora sé que fue lo mejor que hice en mi vida, olvidaste las reglas y aceptaste lo que los dos sentíamos.
Gracias por dejarme amarte, gracias por hacerme inmensamente feliz.
Hoy 1 de Enero he ido al cementerio a visitarte, a llevarte las flores con las que todos los años te felicitaba tu cumpleaños.
Hoy 1 de Enero me paseo por los caminos del buen Retiro que tanto te gustaban...
No quiero sacar de mi memoria el olor de tu pelo en nuestra almohada
el eco de tu risa recorriendo el pasillo
intento aceptar que me falta tu ruido,
quiero seguir aferrándome a tu recuerdo
que sigue provocando una sonrisa dulce en mi rostro,
cada domingo salgo a pasear y recojo hojas secas
que antes de desaparecer del todo,
serán alimento de las flores te imagino a mi lado
como no hace tanto tiempo abrazando tu cintura
y siento que estas conmigo.
Tú y yo. Contigo.
Te amo. Mariano"
Al terminar, con los ojos empañados guardó la carta con mucho cariño, hablamos durante más de una hora, me contó mil anécdotas, intercambiamos teléfonos y me dijo que me va a llevar a ver castillos y me iba a enseñar a jugar al chito.
Dias después me llamó su hija. Estaba emocionada, había leído la carta y me comentó que a partir de esto su padre quería comenzar a escribir sus memorias.
Aún hay gente que me pregunta porqué hago esto los domingos...
"Madrid y las preciosas personas que lo habitan"